Hola, noté que después de la última sesión no me volviste a contactar en el tiempo promedio y hoy cuando me llamaste te sentías culpable por ello, sin embargo, me dijiste con voz firme que estabas listo para continuar.
Al iniciar la sesión me diste todas las razones por las cuales no me habías llamado antes y lo curioso es que lo que describías con tanto detalle, no era para mí, tratabas de entender el por qué habías decidido pausar. Yo te escuche con toda mi atención y, sobre todo, con todo mi respeto, porque sabía que esa pausa había sido un gran proceso para ti.
Cuando retomamos, observe que te adelantabas a lo que suponías yo te iba a decir, utilizabas frases como “yo sé que estuvo mal”, “no sé la razón por la que me sigo aferrado a esta situación”, “me siento mal, pero me es difícil cambiar” y te preguntabas si este proceso realmente estaba teniendo el efecto que esperabas, porque en momentos sentías que retrocedías en el tiempo.
Mirándote a los ojos pausé y decidí compartirte mi admiración. Tú con los ojos aguados demoraste en entender mis palabras, porque llevabas años sintiéndote culpable por todo, pidiendo perdón casi que por ser tú y te era extraño que después de aplazar el proceso, yo hablará de ti con tanto orgullo. ¡Quizás por esos minutos de silencio que hay entre psicólogo y paciente, decidí hacerte esta carta! Y este mensaje es para ti.
Las pausas son necesarias en la vida para ver el panorama y tomar nuevas elecciones. En el momento que decidiste con coraje retomar el proceso, hiciste una elección; aclaro este punto, no me elegiste a mi… te elegiste a ti como ¡prioridad!, decidiste volver a tener un espacio para escucharte en voz alta, sin juzgarte; decidiste amar tu pasado y resignificar tus experiencias, decidiste perdonarte y perdonar, decidiste dar un paso que a muchos nos cuesta tanto dar, porque decidiste poner a prueba tus creencias y miedos más profundos para hacerte vulnerable en el proceso de sanar.
Muchos hemos sentido que retrocedemos mientras avanzamos y la razón es simple “nos aterra el cambio” avanzar es soltar lo que conocíamos de nosotros y encaminarnos a lo desconocido, así que, si me preguntas sobre tu avance, te diré que si lo estás cuestionando, es porque enfrentas temor a la incertidumbre que experimentas, de manera que la respuesta contundente es sí.
Finalmente quiero darte algo de certeza “las terapias no arreglarán tu vida” eso solo lo puedes hacer tu mi amigo. Por cada vez que salgas de mi consultorio y tomes nuevas elecciones serás más libre de tu pasado, por cada ocasión en la que percibas los problemas cotidianos de la vida como increíbles oportunidades para ser mejor, serás más líder de tu presente; y finalmente por cada vez que se acerque más nuestra última sesión, serás más dueño de tu futuro.
Estoy muy lejos de ser perfecta, diariamente enfrento retos y sigo sanando experiencias del pasado, eso sí, todo el tiempo me ocupo en ser mejor que el día anterior, gracias a ti he sido más consciente de perdonar, agradecer y pedir perdón, porque cada vez que sales de aquí entiendo que fui yo la que aprendí de ti.
Gracias querido paciente, por ser mi espejo. ¡Gracias, Gracias, Gracias!