La marca personal es el conjunto de características que te definen, desde el primer impacto hasta el concepto que se hacen de ti con el paso del tiempo, y aquí hablaré del tiempo como una de las variables más relevantes en la marca personal.
Nuestro cerebro toma milésimas de segundos en identificar información relevante a la hora de hacerse un concepto; las imágenes, los olores, los sonidos y las sensaciones nos permiten acceder a la memoria sensorial, un proceso de corto plazo que nos habilita para tener una idea general de algo o de alguien, algo así como agradable, desagradable, peligroso, confiable, bueno, malo, o cualquier otro juicio de valor.
Es por esto por lo que la imagen personal si importa, porque, aunque hemos evolucionado, nuestro cerebro reptiliano sigue respondiendo a los fundamentos básicos de la supervivencia para decidir una interacción como; rechazo, ataque o aceptación. Decisiones fundamentales a la hora de entablar cualquier interacción personal o profesional.
Aunque la imagen personal es la capa más débil de la marca personal, es la que nos abre o cierra puertas en la posibilidad de interacción a mediano o largo plazo, como una conversación, una amistad, una contratación o una decisión de compra; un ejemplo muy sencillo son los comerciales de televisión, en donde un producto o servicio es presentado por alguien que de primer impacto vende ese concepto. Quizás esto contradice la famosa frase que dice “la imagen no lo es todo” pero en realidad así funciona nuestro cerebro a nivel inconsciente.
Ahora retomemos la variable más importante a la hora de establecer marca personal y es el tiempo, porque después de la memoria sensorial viene la memoria a largo plazo, aquella que puede almacenar la información durante un tiempo prácticamente ilimitado, en donde las percepciones sensoriales han sido una base, pero el proceso consciente de la interacción entra a confirmar o negar los conceptos iniciales, y establecerán una sólida idea que continuamente se evaluarán con el valioso tiempo.
Desde este momento la imagen personal pasa a ser una quebradiza capa que pasa al plano de la primera impresión, desde que inicia una conversación entra en acción nuestro sistema límbico. Este término fue nombrado en 1878 por el científico francés Paul Broca, para designar un área compuesta por tres estructuras cuya función está relacionada con el aprendizaje, la memoria y las respuestas emocionales.
La memoria se entrelaza armónicamente con las emociones y por ende el aprendizaje y nuestra manera de percibir el mundo. Las personas no tenemos una memoria tácita, tenemos un registro emocional, es así como puedes recordar cómo estabas vestido, qué comiste y hasta el clima de uno de los días más importantes de tu vida, así haya ocurrido hace años, pero olvidar todas estas preguntas de un día cualquiera hace tan solo unas semanas. En el aprendizaje pasa exactamente igual, es más fácil aprender un concepto abstracto de la fuerza y aceleración jugando billar, que leer todos los libros de física avanzada. Nuestro cerebro aprende, memoriza y trabaja con emociones, entre más altas (gratitud, alegría, amor, esperanza, entre otras) o bajas (ira, miedo, tristeza, entre otras) sean, tendremos un mayor registro de la situación a largo plazo.
Las emociones son el real registro de nuestra memoria, de los conceptos que nos hacemos y por eso más que marca personal, se trata de marca emocional y me refiero al concepto que dura en el tiempo, el cómo haces sentir al otro, porque esa es la huella y registro a largo plazo.
La marca personal tiene que superar la prueba más difícil y es el tiempo, porque finalmente ninguna persona te recordará y apreciará por tu imagen, sino por las emociones que registra cuando esta contigo. Si hoy decidieras establecer cuál es tu marca personal, el ejercicio sería muy simple.
Elige las 10 personas con las que más compartes tiempo, experiencias y que podrías decir que más te conocen y hazle estas sencillas preguntas. ¿Cuáles son las razones por las que más me recordarías? y ¿Cuál es la emoción que más me caracteriza?, haciendo el ejercicio notarás que, a pesar de ser preguntas diferentes, las respuestas serán semejantes y esto te dará una pista de lo que generas en las personas.
La memoria es la guitarra que tocará la melodía emocional que sin darte cuenta has elegido con tanta frecuencia que se convirtió en tu personalidad y el aprendizaje de ti son esas notas que sin darnos cuenta dejamos grabados en quienes encontramos en el camino.
Solo se necesita un registro emocional para establecer marca personal… una sonrisa, una cara amable, un gesto compasivo, una palabra o simplemente un saludo pueden ser las razones fundamentales por las que cualquier persona transcienda la débil capa de la imagen personal.
En conclusión, nadie te recordará por el vestuario, la marca de auto, los accesorios o los logros profesionales, siempre elegirán pasar tiempo de valor contigo por lo que les haces sentir.
“Ninguna persona te recordará y apreciará por tu imagen, sino por las emociones que registra cuando está contigo”